Elaborado por Lis Santamaría
Pasante Escuela de Psicología
Seguramente has escuchado o dicho esa frase aun cuando puedes confundir depresión con tristeza, debido a la relación que existe entre ambas. Sin embargo, no son sinónimos y difícilmente se pueden intercambiar.
La depresión constituye una alteración del estado de ánimo caracterizado por la vivencia de una intensa tristeza que suele durar semanas-meses y hasta años (a diferencia de la tristeza que se da por períodos cortos). Implica un deterioro considerable en la persona y su adaptación al medio; pérdida o ganancia de peso; hipersomnia o insomnio. A nivel cognitivo y emocional presenta sentimientos de culpa o inutilidad excesivos/inapropiados, evidencia una visión pesimista de los acontecimientos otorgándose una gran responsabilidad ante los fracasos, mientras que atribuye los éxitos a la “suerte”, falta de interés en la mayoría de las actividades que anteriormente le resultaban atractivas y apasionantes; le cuesta concentrarse, pensar y decidir.
En la mayoría de las ocasiones su rendimiento académico y/o laboral suele mermar considerablemente, así como su funcionamiento general (tiene mayor propensión a accidentes).
Cuando la depresión se agrava, la tristeza se intensifica y las consecuencias son apremiantes (ej: pérdida del año escolar, o del empleo), aparecen ideas recurrentes de muerte e/o ideación suicida, que pueden concretizarse en un plan más elaborado en la medida que se complica el cuadro.
La depresión no es irreversible, ni incurable. Lo importante es que entendamos que no es una tristeza pasajera que se aliviará con el tiempo, con un gran esfuerzo de la persona deprimida. Necesita tiempo y tratamiento especializado, así como comprensión y apoyo de familiares, amigos y seres queridos.
Si conoces a alguien deprimido, o crees que cumples con varias de estas características, ponte en contacto con nosotros: CADH, edif. de laboratorios, PB.
La depresión constituye una alteración del estado de ánimo caracterizado por la vivencia de una intensa tristeza que suele durar semanas-meses y hasta años (a diferencia de la tristeza que se da por períodos cortos). Implica un deterioro considerable en la persona y su adaptación al medio; pérdida o ganancia de peso; hipersomnia o insomnio. A nivel cognitivo y emocional presenta sentimientos de culpa o inutilidad excesivos/inapropiados, evidencia una visión pesimista de los acontecimientos otorgándose una gran responsabilidad ante los fracasos, mientras que atribuye los éxitos a la “suerte”, falta de interés en la mayoría de las actividades que anteriormente le resultaban atractivas y apasionantes; le cuesta concentrarse, pensar y decidir.
En la mayoría de las ocasiones su rendimiento académico y/o laboral suele mermar considerablemente, así como su funcionamiento general (tiene mayor propensión a accidentes).
Cuando la depresión se agrava, la tristeza se intensifica y las consecuencias son apremiantes (ej: pérdida del año escolar, o del empleo), aparecen ideas recurrentes de muerte e/o ideación suicida, que pueden concretizarse en un plan más elaborado en la medida que se complica el cuadro.
La depresión no es irreversible, ni incurable. Lo importante es que entendamos que no es una tristeza pasajera que se aliviará con el tiempo, con un gran esfuerzo de la persona deprimida. Necesita tiempo y tratamiento especializado, así como comprensión y apoyo de familiares, amigos y seres queridos.
Si conoces a alguien deprimido, o crees que cumples con varias de estas características, ponte en contacto con nosotros: CADH, edif. de laboratorios, PB.
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